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“Si me hubieran contado que la experiencia de vivir NCA All Star Nationals es maravillosa, lo hubiera hecho desde hace años”.
Por Paul Hinds.
Actualmente somos muchos los porristas que hemos podido disfrutar de una competencia a nivel internacional.
Hace algunos años (cada vez más), mucho antes que existiera un campeonato mundial de cheerleading, porristas mexicanos, muchos hoy entrenadores, participaban en campeonatos en Estados Unidos: Daytona, Las Vegas, Anaheim, etcétera. Habría que preguntarles a todos ellos sus experiencias vividas porque, sin duda, fueron muy especiales y en muchos contribuyó para que continuaran su vida dedicada a este deporte.
En mi carrera como porrista, que empezó oficialmente en 2007 –tuve un acercamiento en 2001 cuando estudiaba la prepa y he de decir que me gustó mucho, sin embargo me enfrenté a lo que seguro muchos se han enfrentado: mi padre no estaba de acuerdo porque era una “actividad para niñas”- he tenido la fortuna de participar tres veces en The Cheerleading Worlds (2012, 2015 y 2016 todos en International Open Coed nivel 6) y una vez en ICU (2012, en Coed Premier) y de todos ellos tengo grandes recuerdos, experiencias y aprendizaje.
Antes, también debo contarte que comencé mi carrera como entrenador en 2009, y, en ese mismo año y en 2010, trabajé para la Organización Nacional de Porristas (ONP). ¿Qué tiene de relevante esto? Que lo que te quiero expresar además de mi experiencia como porrista en NCA All Star Nationals, también se complementa con lo vivido como entrenador. Intentaré ir por partes.
La National Cheerleaders Association (NCA), fue fundada en 1948 por Lawrence “Herkie” Herkimer, considerado como el abuelo de las porras y a quien se le atribuye la invención del salto “Herkie”. Fue la primer empresa en organizar campamentos para porristas; el primero se realizó en 1949 en la Universidad Estatal Sam Houston con sólo 52 niñas inscritas. Tal fue su éxito, que al año siguiente la asistencia se disparó hasta 350 personas. En la actualidad, los campamentos siguen organizándose con el objetivo de enseñar nuevas habilidades y técnicas con personal calificado y en un ambiente seguro.
NCA también fue el primer fabricante de uniformes y pompones para porristas.
Es una empresa que organiza eventos regionales y nacionales de todos los niveles: colegial y All Star, contando con dos de los campeonatos más famosos y prestigiosos de Estados Unidos: NCA College National Championships en Daytona Beach y su gran nacional NCA All Star Nationals en Dallas, Texas, donde se juntan más de 1000 equipos y 25 mil porristas de todos los niveles. En sus tres días de competencia, se juntan lo mejor de los regionales de Estados Unidos y los equipos que participarán en Summit (que es algo así como el mundial de los niveles 1 al 5 restricted) y, por supuesto, aquellos que verás en Worlds, ¡todo junto, en un solo lugar!
Por Paul Hinds.
Actualmente somos muchos los porristas que hemos podido disfrutar de una competencia a nivel internacional.
Hace algunos años (cada vez más), mucho antes que existiera un campeonato mundial de cheerleading, porristas mexicanos, muchos hoy entrenadores, participaban en campeonatos en Estados Unidos: Daytona, Las Vegas, Anaheim, etcétera. Habría que preguntarles a todos ellos sus experiencias vividas porque, sin duda, fueron muy especiales y en muchos contribuyó para que continuaran su vida dedicada a este deporte.
En mi carrera como porrista, que empezó oficialmente en 2007 –tuve un acercamiento en 2001 cuando estudiaba la prepa y he de decir que me gustó mucho, sin embargo me enfrenté a lo que seguro muchos se han enfrentado: mi padre no estaba de acuerdo porque era una “actividad para niñas”- he tenido la fortuna de participar tres veces en The Cheerleading Worlds (2012, 2015 y 2016 todos en International Open Coed nivel 6) y una vez en ICU (2012, en Coed Premier) y de todos ellos tengo grandes recuerdos, experiencias y aprendizaje.
Antes, también debo contarte que comencé mi carrera como entrenador en 2009, y, en ese mismo año y en 2010, trabajé para la Organización Nacional de Porristas (ONP). ¿Qué tiene de relevante esto? Que lo que te quiero expresar además de mi experiencia como porrista en NCA All Star Nationals, también se complementa con lo vivido como entrenador. Intentaré ir por partes.
La National Cheerleaders Association (NCA), fue fundada en 1948 por Lawrence “Herkie” Herkimer, considerado como el abuelo de las porras y a quien se le atribuye la invención del salto “Herkie”. Fue la primer empresa en organizar campamentos para porristas; el primero se realizó en 1949 en la Universidad Estatal Sam Houston con sólo 52 niñas inscritas. Tal fue su éxito, que al año siguiente la asistencia se disparó hasta 350 personas. En la actualidad, los campamentos siguen organizándose con el objetivo de enseñar nuevas habilidades y técnicas con personal calificado y en un ambiente seguro.
NCA también fue el primer fabricante de uniformes y pompones para porristas.
Es una empresa que organiza eventos regionales y nacionales de todos los niveles: colegial y All Star, contando con dos de los campeonatos más famosos y prestigiosos de Estados Unidos: NCA College National Championships en Daytona Beach y su gran nacional NCA All Star Nationals en Dallas, Texas, donde se juntan más de 1000 equipos y 25 mil porristas de todos los niveles. En sus tres días de competencia, se juntan lo mejor de los regionales de Estados Unidos y los equipos que participarán en Summit (que es algo así como el mundial de los niveles 1 al 5 restricted) y, por supuesto, aquellos que verás en Worlds, ¡todo junto, en un solo lugar!
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¿Y eso qué? Bueno, todos hemos asistido a clínicas de diferentes organizaciones y sobre todo, a campeonatos regionales y nacionales. Cada uno los vivimos de manera diferente. Desde mi experiencia, de ser una gran aventura, algo divertido, se fue convirtiendo en una responsabilidad. Por ahí de 2009 y 2010, además de ir a participar como porrista, ya llevaba un equipo a mi cargo y sumando mi trabajo como staff en ONP, te puedo decir que lo disfruté de manera diferente, andaba como loco, por todos lados, de arriba a abajo pues.
Y eso no ha cambiado hasta este día, sin embargo ya encontré un equilibrio entre mi responsabilidad y el disfrutar de una competencia, sobre todo nacional.
Bueno, NCA All Star Nationals es diferente, desde hacer tu inscripción (meses, muchos meses antes, casi un año antes del evento), una gran logística para que, cuando llegas a tu registro, sea lo más sencillo, una gran atención por parte del staff desde el primer correo electrónico hasta el final de tu participación.
Aquí es sencillo, puede haber crossovers (dos participaciones de algún atleta) de una división a otra siempre y cuando sea el mismo nivel, excepto el nivel 4.2, que puedes hacer crossover a un nivel 4 o 2, pero de un nivel 4 a 5 o de un 5 a un 6, etcétera, olvídalo; eso, aunque no lo creas, facilita todo, te evitas el estrés de salir de competir para irte a calentar con la otra categoría.
Si tú quisieras buscar un hotel en Dallas para esas fechas ¡es imposible!, todos están ocupados, pues NCA tiene una agencia de viajes que se encarga del hospedaje de todos los participantes; créeme, es imposible, todo lo hará Connection Housing por ti, y no, no es caro.
El campeonato se realiza en el Kay Bailey Hutchison Convention Center, un complejo enorme. De la sala A a la F puedes ver la competencia de los niveles 1 al 4. Sin temor a equivocarme, Worlds no tiene tantos porristas compitiendo al mismo tiempo ni en los tres días de campeonato. Es impresionante ver a tantas y tantos porristas de todas las edades comprando ropa, comida, calentando en los salones poco antes de su participación, en el público, en el escenario. Pero eso no es todo, una vez que entras a la Arena, dentro del mismo centro de convenciones (que es en donde compiten los equipos de nivel 5 y 6), te quedas perplejo e insisto, ni el escenario del mundial se puede comparar con lo que ves en esa Arena, pero ya llegaré al momento en el que pisas el escenario: ¡lloras de emoción!
Regresando a mi experiencia como coach, el equipo que entrené junto con dos compañeros (Aarón Atilano e Iván Inojosa) compitió en Small Senior lv. 4.2. en la sala E y, a pesar de no ser tan impresionante como la Arena, en palabras de una de mis niñas que nunca dice groserías “te ca… de nervios”, pero una vez arriba lo disfrutas al máximo.
Aquí haré un paréntesis porque creo que tengo un problema o maldición con las pirámides; te cuento: todo iba excelente, ¡excelente! y en la pirámide, casi al final, como cantaba Emmanuel en los ochenta: “todo se derrumbó” (nótese mis referencias ochenteras pues crecí con esa música y ya estoy en el tercer piso). Y hablando de maldición en las pirámides, en 2015 yo me quería retirar como porrista y Worlds de ese año sería mi última competencia, pero mi parte de la pirámide no subió, todo un rollo que me deprimió y que me hizo postergar un año más mi retiro de las porras, pero valió la pena porque viví la experiencia NCA.
Haré a un lado ese rato amargo y te sigo contando: el escenario en que compitió la categoría que yo entrenaba, es un escenario elevado, haz el cálculo: si yo mido 1.73 y apenas sobresalía un poco de mis hombros y cabeza, era de esa altura. Mat azul enmarcado por el borde rojo –el cual no deben pisar los competidores-, además de una alfombra roja rodeando todo, aproximadamente dos metros de cada lado. Al fondo dos cortinas azules enormes una a la izquierda y otra a la derecha con detalles de estrellas blancas con franjas rojas y blancas aludiendo a la bandera de Estados Unidos, todo ello cubriendo desde el inicio del escenario hasta la primera línea de mat. Más al fondo, en el centro, el logotipo de NCA All Star Nationals daba paso a una rampa por donde subían los competidores, algo así como un escenario de COP “sin tanta producción” dando un toque elegante al asunto.
Considero que en el área de público cabía la misma cantidad de gente que en C&D en Guadalajara, pero todos acomodados de frente en sillas, y estoy hablando de una sala de cinco en que se lleva a cabo la competencia, imagínate cuántas personas son (y falta la Arena).
Y eso no ha cambiado hasta este día, sin embargo ya encontré un equilibrio entre mi responsabilidad y el disfrutar de una competencia, sobre todo nacional.
Bueno, NCA All Star Nationals es diferente, desde hacer tu inscripción (meses, muchos meses antes, casi un año antes del evento), una gran logística para que, cuando llegas a tu registro, sea lo más sencillo, una gran atención por parte del staff desde el primer correo electrónico hasta el final de tu participación.
Aquí es sencillo, puede haber crossovers (dos participaciones de algún atleta) de una división a otra siempre y cuando sea el mismo nivel, excepto el nivel 4.2, que puedes hacer crossover a un nivel 4 o 2, pero de un nivel 4 a 5 o de un 5 a un 6, etcétera, olvídalo; eso, aunque no lo creas, facilita todo, te evitas el estrés de salir de competir para irte a calentar con la otra categoría.
Si tú quisieras buscar un hotel en Dallas para esas fechas ¡es imposible!, todos están ocupados, pues NCA tiene una agencia de viajes que se encarga del hospedaje de todos los participantes; créeme, es imposible, todo lo hará Connection Housing por ti, y no, no es caro.
El campeonato se realiza en el Kay Bailey Hutchison Convention Center, un complejo enorme. De la sala A a la F puedes ver la competencia de los niveles 1 al 4. Sin temor a equivocarme, Worlds no tiene tantos porristas compitiendo al mismo tiempo ni en los tres días de campeonato. Es impresionante ver a tantas y tantos porristas de todas las edades comprando ropa, comida, calentando en los salones poco antes de su participación, en el público, en el escenario. Pero eso no es todo, una vez que entras a la Arena, dentro del mismo centro de convenciones (que es en donde compiten los equipos de nivel 5 y 6), te quedas perplejo e insisto, ni el escenario del mundial se puede comparar con lo que ves en esa Arena, pero ya llegaré al momento en el que pisas el escenario: ¡lloras de emoción!
Regresando a mi experiencia como coach, el equipo que entrené junto con dos compañeros (Aarón Atilano e Iván Inojosa) compitió en Small Senior lv. 4.2. en la sala E y, a pesar de no ser tan impresionante como la Arena, en palabras de una de mis niñas que nunca dice groserías “te ca… de nervios”, pero una vez arriba lo disfrutas al máximo.
Aquí haré un paréntesis porque creo que tengo un problema o maldición con las pirámides; te cuento: todo iba excelente, ¡excelente! y en la pirámide, casi al final, como cantaba Emmanuel en los ochenta: “todo se derrumbó” (nótese mis referencias ochenteras pues crecí con esa música y ya estoy en el tercer piso). Y hablando de maldición en las pirámides, en 2015 yo me quería retirar como porrista y Worlds de ese año sería mi última competencia, pero mi parte de la pirámide no subió, todo un rollo que me deprimió y que me hizo postergar un año más mi retiro de las porras, pero valió la pena porque viví la experiencia NCA.
Haré a un lado ese rato amargo y te sigo contando: el escenario en que compitió la categoría que yo entrenaba, es un escenario elevado, haz el cálculo: si yo mido 1.73 y apenas sobresalía un poco de mis hombros y cabeza, era de esa altura. Mat azul enmarcado por el borde rojo –el cual no deben pisar los competidores-, además de una alfombra roja rodeando todo, aproximadamente dos metros de cada lado. Al fondo dos cortinas azules enormes una a la izquierda y otra a la derecha con detalles de estrellas blancas con franjas rojas y blancas aludiendo a la bandera de Estados Unidos, todo ello cubriendo desde el inicio del escenario hasta la primera línea de mat. Más al fondo, en el centro, el logotipo de NCA All Star Nationals daba paso a una rampa por donde subían los competidores, algo así como un escenario de COP “sin tanta producción” dando un toque elegante al asunto.
Considero que en el área de público cabía la misma cantidad de gente que en C&D en Guadalajara, pero todos acomodados de frente en sillas, y estoy hablando de una sala de cinco en que se lleva a cabo la competencia, imagínate cuántas personas son (y falta la Arena).
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Me adelantaré un poco a platicarte cómo es el “Warm up area” (área de calentamiento): nunca has visto algo así y, si ya tuviste oportunidad de participar en Worlds, tampoco has visto algo así. Llegas a la mesa de check in y te dan una letra, caminas hacia unos letreros, atrás de unas cortinas hay seis áreas con un mat con spring floor además de tres líneas de mat para subidas y una línea para gimnasia; son como letreros que van de la A a la F, la verdad no me acuerdo, pero ¡no! Esa sólo es una parte, del lado izquierdo de los pisos que te comenté, hay como otras 16 áreas (cada una con su mat completo, tres líneas para subidas y una para gimnasia). Tienes 7 minutos para tus grupos, parejas, baskets, otros 7 para la gimnasia y, finalmente, 7 para correr tu rutina.
Igual puedes estar junto a equipos que no conoces como con equipos medio famosillos: Cheer Athletics Panthers, World Cup Shooting Stars, ya sabes, unos que a lo mejor has escuchado.
Una noche antes del primer día de competencia, nuestro amigo y coreógrafo Roy Adam Lucas nos invitó a entrenar al hotel donde estaban hospedados sus equipos y muchos más. Ahí entrenarían nuestros equipos; un salón enorme lleno de porristas de todas las edades, un ambiente sano de convivencia y todos los equipos apoyándose mutuamente. Una experiencia de convivencia maravillosa y, sobre todo, algo que me gustó mucho, es que había una porrista de Miami que quedó maravillada con nuestro trabajo y pidió tomarse fotos con dos de nuestras niñas –“son muy buenas…” decía mientras preparaba la cámara. No se imaginan la actitud tan humilde con la que se acercó, algo digno de ser mencionado.
Pero bueno¿En qué me quedé? ¡Ah! ¡Sí! Ya te había contado un poco de cómo es el warm up area; una vez que terminas, un miembro del staff, generalmente una mujer vestida con uniforme de porrista de NCA, de estilo college, te va guiando a través de las salas de competencia hasta que llegas en donde te toca competir; un gran acierto es que la persona que nos acompañaba hablaba español y, por lo tanto, estaba con los equipos de habla hispana; ella, de tez morena clara, cara redonda, aproximadamente 1.60 m. de estatura, con un cuerpo fuerte (seguro es, o era base), cabello café largo y ondulado y una media cola de caballo con un listón blanco, no paraba de contarnos cosas, de darnos consejos y de decirnos lo mucho que le hubiera gustado competir, “no nos dejan hablar mucho con los porristas, pero como no entienden español no importa…”, nos decía a los coaches con una sonrisa. Para mi mala memoria, no recuerdo su nombre, pero estoy seguro que la reconocería al verla.
Cuando llegas atrás del escenario, hay unos cuatro o cinco equipos esperando a pasar y ahí, junto con mis niñas, el nervio se sentía a todo lo que daba. Uno busca las palabras correctas, cómo ser asertivo con lo que dices para tranquilizar a tu equipo, sin embargo, todos hemos experimentado el estar a punto de subir al mat y estar nerviosos, no hay palabras que hagan que no sientas esa cosquillita en el pecho, pero creo que es lo que nos hace regresar una y otra vez.
Algo especial sucede, en ese momento sólo era testigo de cómo equipos como Brandon All Star, Top Gun, Stingray All Stars, California All Stars, Spirit of Texas, y Cheer Athletics, entre otros, deseaban suerte a todos los equipos, se saludaban amigablemente unos con otros y nuestro equipo no fue la excepción; todos comparten esa emoción de estar a punto de pisar el escenario, todos son iguales.
Cuando ya estás esperando darle play a la música no hay nada más, es trabajo de ellas y ¿sabes qué? A pesar de lo que te platiqué de la pirámide, valió la pena porque lo hicieron excelente y sobre todo, las vi felices.
De lo más especial es saber que tuvieron una preparación para estar al nivel que la competencia y la categoría exigía, no sólo mi equipo en ese nacional, muchos otros como Cheer Academy, Cardenales, Regio Cheer, por mencionar algunos, han hecho un trabajo excelente en competencias internacionales y más sobresaliente aún es el que en estos niveles (aquí en México muy conocidos como infantiles) ya se les está dando la oportunidad a un gran número de porristas que muy seguramente serán quienes representen a nuestro país en los campeonatos mundiales.
Y sí, a pesar de todo, logramos colarnos al top ten de entre muchos equipos estadounidenses que no pasaron a la final. Hoy por hoy, ya sé qué es lo que debo hacer para cada vez más obtener mejores resultados, ¿a poco creen que no las volvería a llevar? Por supuesto que sí, porque no sé si no te has percatado que ya tenemos en el país el nivel para darles batalla por allá ¿necesitas que te recuerde ICU y Worlds de este año?
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“¿Alguna vez te has sentido chiquito, como perdido en un todo inmenso?”
Había ya pasado mi nervio por ver mi trabajo y el de mis compañeros en el escenario pero ¿qué seguía? Mi turno, el turno de mi equipo para competir.
El Kay Bailey Hutchison Convention Center está literalmente rodeado por calles que te llevan hacia los estacionamientos, en un lado hay una explanada por donde sale y entra todo mundo y por la cual puedes acceder a las salas y a la Arena, hay unas áreas verdes que son un cementerio, literal, hay lápidas, todo esto está en un área elevada; más abajo hay un área más abierta, ya sin lápidas, en donde puedes observar a varios equipos calentando o practicando, ahí fue donde nos juntamos para empezar a calentar.
Participaríamos en International Open Large Coed nivel 6, como sabes, se hacen pirámides de dos cuerpos y medio, rotaciones en baskets y en subidas, etcétera. Practicando nuestros elementos, bajo un sol intenso, de un momento a otro nos vimos rodeados por mucha gente, personas que iban pasando por el lugar pues está cerca del centro de Dallas, otros porristas, pequeños, más grandes, hombres y mujeres que comenzaron a tomar fotos y video y aplaudían; una niña se acercó con su papá para pedirle a una de nuestras porristas una fotografía, luego todos juntos. Por muy bueno que puedas llegar a ser, el reconocimiento de la gente sea o no porrista, es algo muy gratificante más aún en un país donde es mucho más conocido nuestro deporte.
Con esa emoción llegamos al área de calentamiento y vivimos lo mismo que nuestro small senior, equipos por doquier: Cheer Athletics Panthers deseándote buena suerte y aplaudiéndote, al igual que Cheer Athletics Claw o Champion Cheer es algo que no vives todos los días.
Terminamos el calentamiento y ya estábamos caminando hacia la Arena -“please, behind them”- (por favor, atrás de ellas), nos dijo un miembro del staff para que nos acomodáramos atrás de World Cup Shooting Stars. En todos mis años como porrista, ha sido y es uno de mis equipos favoritos, incluso en 2012, en Worlds, una de ellas me pidió a mí y a un amigo que la cargáramos para tomarse fotos como flyer pues ella era base (obviamente tengo esa foto).
Perdón, me fui. En fin, su uniforme, su peinado, todo es glamour y, como ya se nos estaba haciendo costumbre, buenos deseos, una sonrisa, un saludo, pequeños detalles que, sin generalizar, no ves muy seguido en otras competencias.
No sé si es porque fue la primera vez que me iba a subir a ese mat, pero tenía una mezcla de sentimientos: emoción, nervios, alegría. Mis manos sudaban, lo único que hice fue abrazar a cada uno de mis compañeros, algunos que apenas había conocido este año, otros viejos compañeros de batalla desde 2007. Poco a poco, el sonido se fue haciendo cada vez más débil y quedó en un segundo plano, como cuando te tapas las orejas o usas audífonos, hasta un punto en el que es vacío.
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¿Dónde están mis coaches? Fue lo primero que pensé al dar un paso hacia el exterior, hacia el escenario. La Arena es un estadio que te rodea, tras de mí, sólo estaba la enorme pantalla con el logotipo de NCA, una sensación de abandono fue la que empecé a experimentar, no me malentiendas, no sentí nada negativo, pero me sentí chiquito. No hay en México un escenario que te haga sentir eso, simplemente no lo hay, ni siquiera el escenario de Worlds lo había sentido tan apabullante.
Paso a paso me acercaba a mi formación inicial, seguía siendo el sonido un testigo lejano de todo lo que pasaba por mi mente, un eco que se hacía cada vez más repetitivo, que poco a poco me acercó y simplemente me dijo: ¡ya!
Y así comenzó lo que sería, hasta ese momento, la mejor experiencia que he tenido como porrista; dos minutos y medio de felicidad absoluta.
El público, contrario a lo que se podría pensar, es muy noble en Estados Unidos, todo el tiempo está aplaudiendo y festejando tus elementos, animándote a dar más.
Mi primer prueba era no fallar en la pirámide, ese era mi único temor. Ya te había contado de lo sucedido en Worlds el año pasado, y aunque en Nacionales no tuve problema, ese era mi reto: no fallar en un escenario internacional, y lo logré.
Salimos del escenario felices, pero aún faltaba un día.
Nuestra segunda participación fue diferente. Más tranquila, más nuestra. Disfrutamos o, por lo menos yo lo hice, cada segundo. Y nuestra convivencia con los demás equipos fue mejor, Champion Cheer y Cheer Athletics nos saludaban como viejos amigos. Las niñas de World Cup se sorprendieron porque usamos un segundo uniforme. Muchas cosas pasaron, ya sin nervios.
En NCA All Star Nationals no éramos un equipo mexicano, fuimos un equipo más, así nos veían los demás y así convivimos. Si me permites decirlo, aún nos falta mucho a todos los porristas de México para hacer una competencia tan sana y tan disfrutable.
En ese sentido, tenemos mucho que trabajar y mucho qué poner de nuestra parte para que podamos tener competencia sana. El crecimiento de nuestro deporte en nuestro país depende sólo de nosotros como porristas, entrenadores e incluso nuestros padres de familia; el logro de cada equipo debe ser nuestro logro.
Aprendí muchas cosas en la experiencia NCA All Star Nationals, una de las más importantes es que me motivó a querer ser mejor en el deporte, mejor entrenador, pero sobre todo, mejor competidor, sabiendo que muchas veces ganaré, pero que otras tal vez no lo consiga y eso no está mal siempre y cuando realice bien mi trabajo. Alguna vez mi amiga Alejandra Cabildo – de quien he aprendido mucho- me dijo: “…esto es una rueda de la fortuna, a veces estás arriba, incluso ahí se puede detener, pero tarde o temprano bajarás, y de ti depende si te bajas o vuelves a estar arriba…”; eso fue hace seis años y qué razón tenía.
Quiero despedirme de ti que estás empezando, de ti que eres uno de los mejores porristas del país, de ti que ya estás por retirarte, de ti entrenador, de ti padre de familia, espero que a través de mi hayas podido ver un poco de lo que fue y de lo que es esta experiencia que, sin duda, es algo que tienes que vivir por lo menos una vez. Trabajemos juntos para seguir construyendo esto que tanto nos apasiona.
Paso a paso me acercaba a mi formación inicial, seguía siendo el sonido un testigo lejano de todo lo que pasaba por mi mente, un eco que se hacía cada vez más repetitivo, que poco a poco me acercó y simplemente me dijo: ¡ya!
Y así comenzó lo que sería, hasta ese momento, la mejor experiencia que he tenido como porrista; dos minutos y medio de felicidad absoluta.
El público, contrario a lo que se podría pensar, es muy noble en Estados Unidos, todo el tiempo está aplaudiendo y festejando tus elementos, animándote a dar más.
Mi primer prueba era no fallar en la pirámide, ese era mi único temor. Ya te había contado de lo sucedido en Worlds el año pasado, y aunque en Nacionales no tuve problema, ese era mi reto: no fallar en un escenario internacional, y lo logré.
Salimos del escenario felices, pero aún faltaba un día.
Nuestra segunda participación fue diferente. Más tranquila, más nuestra. Disfrutamos o, por lo menos yo lo hice, cada segundo. Y nuestra convivencia con los demás equipos fue mejor, Champion Cheer y Cheer Athletics nos saludaban como viejos amigos. Las niñas de World Cup se sorprendieron porque usamos un segundo uniforme. Muchas cosas pasaron, ya sin nervios.
En NCA All Star Nationals no éramos un equipo mexicano, fuimos un equipo más, así nos veían los demás y así convivimos. Si me permites decirlo, aún nos falta mucho a todos los porristas de México para hacer una competencia tan sana y tan disfrutable.
En ese sentido, tenemos mucho que trabajar y mucho qué poner de nuestra parte para que podamos tener competencia sana. El crecimiento de nuestro deporte en nuestro país depende sólo de nosotros como porristas, entrenadores e incluso nuestros padres de familia; el logro de cada equipo debe ser nuestro logro.
Aprendí muchas cosas en la experiencia NCA All Star Nationals, una de las más importantes es que me motivó a querer ser mejor en el deporte, mejor entrenador, pero sobre todo, mejor competidor, sabiendo que muchas veces ganaré, pero que otras tal vez no lo consiga y eso no está mal siempre y cuando realice bien mi trabajo. Alguna vez mi amiga Alejandra Cabildo – de quien he aprendido mucho- me dijo: “…esto es una rueda de la fortuna, a veces estás arriba, incluso ahí se puede detener, pero tarde o temprano bajarás, y de ti depende si te bajas o vuelves a estar arriba…”; eso fue hace seis años y qué razón tenía.
Quiero despedirme de ti que estás empezando, de ti que eres uno de los mejores porristas del país, de ti que ya estás por retirarte, de ti entrenador, de ti padre de familia, espero que a través de mi hayas podido ver un poco de lo que fue y de lo que es esta experiencia que, sin duda, es algo que tienes que vivir por lo menos una vez. Trabajemos juntos para seguir construyendo esto que tanto nos apasiona.